Elegir bien la estufa es fundamental para que pases un invierno confortable. Te indicamos cuáles son los tipos de estufas que hay en el mercado y cuál te puede interesar según tus necesidades.

Los distintos tipos de estufas que existen
Los motivos que te pueden animar a elegir una u otra estufa son su poder calorífico, radio de acción y la eficiencia energética. Estos son los tipos de estufas que hay.
1. Estufas de pellets
Las estufas de pellets son las más utilizadas en España por motivos de eficiencia energética y sostenibilidad. Utilizan un combustible natural de madera, denominado pellets, que se consigue con los restos de serrín de aserradero, aunque últimamente también pueden ser de plástico. Este tipo de estufas son recomendables si lo que quieres es calentar una o dos estancias de tu casa.
El poder calorífico del pellet es elevado, se reutilizan materiales y el calor residual y, además, este tipo de estufas se pueden programar para que actúen solo a determinadas horas del día. Eso sí, vas a necesitar algo de electricidad, son algo más caras y valen para los espacios pequeños.
2. Estufas de leña
Las estufas de leña han sido un clásico y hoy han recuperado espacios porque han mejorado su eficiencia. Hoy este tipo de dispositivo está en un grado medio, por debajo de los pellets pero por encima de otras fuentes de energía. Esta es la segunda opción para los españoles.
Este tipo de estufa funciona bien en las casas de campo o con una sala de estar grande porque se aprovechará su potencial de calefacción y, además, la leña es un combustible barato. Otra de las ventajas de las estufas de leña es que son bonitas, de manera que se suelen comprar como un elemento ornamental de la sala principal, aunque no se utilicen.
Esta estufa es una buena opción si tienes métodos de limpieza, evacuación de humos y disponibilidad fácil para obtener leña. Recuerda que tienes que buscar dónde almacenar el combustible y que el encendido no es automático.

3. Estufas de gas
Las estufas de gas butano han sido, durante décadas, las más utilizadas por el público urbano. No en vano, son muy económicas y su uso práctico es muy sencillo. Hoy hay una legislación que obliga a que estas estufas se apaguen automáticamente y a que se controle el nivel de emisiones de CO2.
Este tipo de estufa es interesante si buscas calentar rápido una estancia y con un gasto reducido. Hoy, existen varios modelos, desde las estufas convencionales a las denominadas chimeneas de gas.
Las estufas de gas mediante infrarrojos tienen más potencia y son para superficies de 35 metros cuadrados, mientras que las catalíticas destacan por su eficiencia y son aptas para superficies de 25 metros cuadrados. Finalmente, destacar que las estufas de llama azul evitan que los niños se quemen.
Las estufas de gas tienen un potencial peligro si se dejan encendidas durante demasiado tiempo, en espacios cerrados o si se averían. La normativa, no obstante, limita estos riesgos.
4. Estufas de bioetanol
Las estufas de bioetanol se han puesto de moda porque generan un efecto parecido al de las de leña, pero sin huella ecológica. El bioetanol, que se procesa con materia orgánica renovable, no genera gases de efecto invernadero, así que es una buena opción si lo que buscas es sostenibilidad. Otras ventajas a destacar es que no necesitarás salida de humos y dispone de un potencial calorífico de 5,2 Kw por litro.
Esta estufa es buena si no quieres ensuciar y buscas rentabilidad, siempre y cuando tengas una cierta paciencia para que se caliente la estancia, porque tardará unos 10 minutos de media. El uso en España no es tan común, pero se está empezando a instalar como sustitutivo de las chimeneas clásicas.
5. Estufas de parafina
Las estufas de parafina, o queroseno, funcionan mediante la combustión de esta materia y pueden ser de mecha o electrónicas. Estas estufas expulsan CO2 y conviene que nunca las utilices en habitaciones cerradas. El consumo, además, dobla al de una estufa de butano, que sería la alternativa más parecida.
Una estufa de parafina es interesante por dos motivos. En primer lugar, porque puede llegar a calentar espacios de 50 metros cuadrados. Por otra parte, el bidón es muy ligero y puede servir de sustitutivo puntual a las estufas de gas butano.
6. Estufas eléctricas
La estufa eléctrica es una de las alternativas más utilizadas, no solo si utilizamos esta fuente de energía en exclusiva. Las estufas de pellets y algunas de parafina tienen que utilizar electricidad, aunque sea en una proporción reducida.
Estas estufas son fáciles de utilizar, limpias y seguras, de manera que son una gran posibilidad para que ganes en tranquilidad porque no tienes peligro de condensación. Si quieres un mecanismo de calefacción rápido y que resulte efectivo para propagarse en tu salita o habitación, esta es una modalidad recomendable.
Conviene que recuerdes que estas estufas son para utilizar un rato porque la factura de la luz puede dispararse y, además, en estancias cerradas recargan el ambiente.
7. Estufas halógenas o de cuarzo
Las estufas halógenas o de cuarzo son ideales si lo que quieres es calentar un punto localizado de una estancia, de ahí que lo podamos utilizar si estamos sentados. El dispositivo puede ser móvil y alcanzar un radio de 10 metros cuadrados. Este tipo de estufa es económico, indicado para personas con alergias. Propaga fácilmente el calor a través del cuarzo o tubo halógeno.

Las estufas halógenas son mecanismos que no permiten una regulación térmica y, cuanto más te alejes, menos calor notarás. No es una estufa que convenga para espacios grandes.
8. Estufas de exterior
Una estufa de exterior es un dispositivo ad hoc que se utiliza para calentar un espacio fuera del hogar, normalmente terrazas. Estas estufas pueden ser de rayos infrarrojos o de gas, en función de las características del local. El área de influencia puede variar pero, como regla general, las estufas de gas llegan a más gente.
Esta es una manera de garantizar el confort de los clientes de hostelería en invierno, de ahí que su uso se haya generalizado en las últimas décadas.
